Xx DeDoS mOjaDoS xX
sábado, diciembre 02, 2006 Pollo a las brazas

Hace días que venía conversando con este tipo. Era un médico cubano de 35 años aproximadamente, que llevaba más de seis años viviendo en Santiago.
Cada vez que hablábamos por MSN me mostraba su verga de 21cm por cam.
Su miembro no era muy grueso, pero su tamaño me llamaba la atención y me invitaba a servírmela de una.
Nuestra cita siempre se aplazaba por algún motivo. O yo no podía por mis horarios de la U, o el tenía turno en el hospital, o simplemente le daba una negativa como respuesta, al no tener ganas de estar con alguien. Bueno!, soy sincero, ganas no me faltan, pero hay días en que ando con el culo sensible y no tengo interés alguno de que me introduzcan ninguna cosa.
Así fueron pasando los meses, mi calentura hacia su pedazote de carne se acrecentaba con cada tocación que me hacía mientras pensaba en él.
Hasta que llegó el día menos pensado. Era 31 de octubre, noche de brujas, que mejor instancia para montarme arriba de ese palo duro y recto, y echarme a volar por los cielos capitalinos.
Él me llamó y me dijo que me pasaba a recoger a en una estación del metro. Le dije de inmediato que sí, nunca tan tonto para perderme tamaña oportunidad.
Partí corriendo al bañó, me duché, estimule mentalmente a mi trasero, entusiasmándolo con lo que se venía. ¡Obvio! Debía prepararlo desde un principio, estaba dispuesto a recibir todo de una, y no quería quedarme con las ganas de no haber podido disfrutar a concho de ese miembrecillo.
Nos juntamos a las 9:30 a la salida de la estación. Cuando me acerqué me miró de pies a cabeza, en cambio yo, miré disimuladamente su bultito que se escondía entre sus piernas. Me dijo que lo siguiera y nos subimos a su auto.
Cuando íbamos en la calle, comenzó a tocar mis piernas y mi paquete. Me queda mirando y me pregunta: “¿te gusta el pico?
¡Ja!, ¡eso no se pregunta, está mas que claro que me gusta!, me dije para mí, añadiendo, “este no sabe con quien está tratando, jura de guata que soy un jovencito inocente que nunca ha hecho nada, de nada”
¡Sí!, me fascina, me encanta mamarlo y comérmelo todo, le respondí mirándolo fijamente a la cara. ¡Entonces pégale una chupada ahora!, ¡encantado!
Se bajó el cierre y se desabotonó el jeans. Se corre el bóxer y me saca el regalito que tenía para mí.
Me saboreé de una, humedecí mis labios con la lengua, abrí la boca y me lo metí todo pa’ dentro. Nunca había tenido un penen tan grande en mi boquita. Era tan largo que me llegaba a dar arcadas, pero debía contenerme, me gustaba sentir toda la boca ocupada y siendo atravesado por dicho miembro.
Era lindo. Largito, blanquito, perfumado, con su cabecita rosada, puntiaguda y con una textura suave. Lo único malo, es que a veces tenía ganas de sacármelo para poder respirar, pero no podía levantarme por que los autos se paraban a cada rato al lado de nosotros.
Después de mamárselo como 15 minutos, y con lagrimas corriendo por mis ojos, producto de tanta arcada que me daban, me dijo que me detuviera porque o sino iba acabar.
Mientras continuaba el viaje, se me ocurrió empezar a realizar preguntas de rutina, las típicas tonteras que uno dice para rellenar y hacer tiempo, por que sinceramente no estaba ni ahí con lo que respondía. En una de esas interrogaciones, se me ocurre preguntarle con quien vive, a lo que responde: “Te acuerdas que te dije con un amigo, con el que íbamos a participar los tres en algo”
A ver!, stop! Hice memoria, y en efecto, en una de nuestras conversaciones pasadas me comentó que tenía un amigo con el cual tenían ganas de hacer un trío, y de hecho, me lo había ofrecido, y yo pa’ hacerme el calentón le dije que sí.
Primera vez que el estomago se me revolvió y me dieron ganas de abortar la misión, pero no, mi lado ninfónamo me convenció de seguir con la aventura, convenciéndome que sería otra experiencia mas en el curriculun, dos minos más en la lista.
Antes de que sospechara por mi largo silencio, le dije que me fascinaba la idea que estuviéramos los tres, que por mi parte estaba dispuesto a todo, ¡a todo!
Llegamos al departamento, estacionamos el auto, subimos por el ascensor, como talla me tiro que si no fueran por las cámaras me habría hecho chuparle la corneta ahí mismo, encantado le dije.
Entramos a su casa y me topo con el otro tipo, con el tercero, con la pieza faltante.
El weon no era tan lindo como mi cubanito de penca larga, era ahí no mah, bastante chileno promedio pa’ sus cosas. Era un mino chico, medio rellenito, moreno, de pelo negro, pero a mi me daba lo mismo, con tal que me prestara su herramienta pa’ lamérsela, no hay drama alguno.
Me ofrecieron que si quería me podía bañar, me negué, prefiero hacerlo después.
El cubano se tiró a la cama, se sacó toda la ropa y comenzó a masturbarse. El otro tipo cerró las cortinas y colocó un cd de música ochentera, mientras que su querido Piero se sacó todo lo que traía puesto y se lanzó de una a seguir mamando esa porción de carne curda que tenía al frente.
En el instante que lo chupaba, sentía como dos dedos estimulaban mi culo, y lo humedecían lentamente, erectándome de tal forma que estaba a punto de estallar.
El tipo 2 (no me pregunten nombres por favor, nunca me acuerdo de esos detalles), se recostó frente al cubano, y ahí estaba yo, con dos vergas a mi dispocisión, una más larga que la otra, una más gorda, y ambas esperando partir en dos mi insaciable trasero.
Primero me comía una, luego la otra y así sucesivamente, hasta que el cubano se levantó, me puso a lo perrito, su colocó un condón, escupió mi culo y comenzó a introducir sus 21 cm por mis entrañas. Al principio me dolió y pedí a gritos que la sacara. Jugó un rato con sus dedos y la volvió a introducir, provocándome esta vez un placer incomparable, nunca antes experimentado. Sinceramente llegue a ver estrellas, por mí me quedo para siempre con su pene incrustado dentro de mí. En pocas palabras era esplendido.
Mientras me follaba, el contorneaba mi cintura con sus manos y me le daba pequeños golpes a mis nalgas, excitándome cada vez con el sonido que se producía.
Con un pene introducido en mi culo, el segundo tipo me tomó la cabeza, la inclinó y me hizo tragarme todo su miembro.
Era un sueño hecho realidad, por primera vez me sentí como un pollo a las brazas, atravesado por delante y por detrás. Los dos se movían, los dos se besaban, los dos me penetraban, los dos me daban placer, los dos querían poseerme, los dos vaciaban su apetito en mi.
El cubano se fue cortado primero, sacó su pene y se fue. Me dejó con el tipo 2, el que también quería ponérmelo. ¡Será!, me dije pa’ mi. Así que respiré hondo, miré el techo, abrí las patas, y dejé entrar a esa presa gorda.
Sentía calambre en mi entrepierna, mi culo se estremecía con la dureza con la que me penetraba. Me gustaba, me calentaba que fuera un caníbal salvaje conmigo. ¡Tómame!, ¡fóllame!, ¡mételo todo!, ¡hazme tuyo!, ¡acaba!, ¡acaba!, le gritaba mientras miraba sus ojos que cada vez se iban poniendo más blancos.
Cuando sentí que su pene empezaba a vibrar y que se venía el chorro, apuré el mío, y ambos eyaculamos poderosamente al mismo tiempo.
Quedé muerto, destrozado, exhausto, no me podía ni las piernas, ni el culo, ni nada.
Esperé un par de segundos, agarré mi ropa y me fui a bañar.
Sentía mi trasero demasiado abierto y no podía caminar mucho, no me dolía, pero pareciera que tuviera una perforación enorme.
Después de la ducha, el cubano se ofreció para ir a dejarme, obviamente acepté, ni cagando me iba a esa hora solo pa’ mi casa, menos con el culo a cuestas.
Cuando llegamos a mi casa, me bajé, cerré la puerta y me dijo: “apróntate, para la próxima, vamos a ser más”, “no hay ningún problema, yo encantado”, le respondí.
Ahora estoy esperando con ansías su llamado, una orgía no me haría nada de mal. Si se demora mucho en llamarme tendré que organizar una por mi propia cuenta. Mi trasero cada vez se ponen más hambriento, ya no se conforma con una sola verga, ahora postulo a ser penetrado por cuatro miembros. ¿Me la podré? Yo creo que sí, es cosa de intentarlo.

Xx PiErO xX

Posted by il Piero :: 12/02/2006 11:20:00 p. m. :: 2 comments

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Un loco por Mary

El otro día llegué hambriento de la U. Lo único que quería era comerme un miembro y sentirlo como juega con mi lengua.
No sabía a quién recurrir, así que desesperado me metí al Chat gay y concerté una cita con un tipo que vivía relativamente cerca de mi casa.
Hice el ritual previo a los revolcones. Salí corriendo de la casa y me subí a la primera micro que me sirviera.
Llegué a unas poblaciones de lo peor, se notaba que era un mino humilde por el sector donde vivía. Eso no me importó, tengo una atracción hacia los flaytes, así que entre más chulo, mejor, más me caliento.
Saqué el papel donde había anota su dirección. Llegué a su casa, toqué el timbre y se asomó por la ventana. ¡Bingo!, era un chulazo de lo mejorcito. Morenito, alto, pantalones a medio culo, polera ancha, y un jockey puesto hacia atrás.
Cuando lo vi, el culo se me estremeció del hambre, y me pene se descontroló dentro de mis boxers.
Me invitó a pasar, me hice el tímido, el callado, el sumiso. El me agarró de la cintura, me acerca a su cuerpo, me queda mirando y me dice: “hace tiempo que quería comerme a un mino como tú”
Uff! con eso me mató. Que dedos, que pene, que lengua. Con esas palabras, el culo se me abrió de una. Empezamos a besarnos, su lengua se introdujo hasta el fondo de mi garganta, mientras yo se la succionaba como si se la fuera arrancar.
Le mordí los labios y se los tiraba como si estuviera desgarrando un pedazo de carne.
Me metió la mano en el pantalón y empezó a jugar con mi ano.
Nada de tonto y sin desperdiciar tiempo, le metí la mano en el calzoncillo y le agarré la corneta de una. Estaba dura, mojada, mis dedos quedaron húmedos, así que los saqué y me los chupé.
Lo empecé a masturbar y me hizo parar. Nos desnudamos en el living de su casa, tomó mi mano y me llevó al segundo piso.
Me empujó sobre su cama, abrió mis piernas, y me empezó a lamer el culo. No me gusta que metan su lengua por esos lados, primero me da cosquillas y me rió demasiado y segundo, me siento vulnerable y no me gusta perder las riendas de la situación.
Como lo veía muy entusiasmado ahí abajo, lo dejé, total, yo me entretenía viendo los dramas cebollas que mostraban en el “Pasiones” (la tele estaba prendida, okay!, nunca tan picante pa’ pedirle que encendiera el televisor pa’ ver esa wea)
Cuando me dejó el ano bien mojado me preguntó si había algún drama con que me penetrara. “¡Para nada, dale no mah, entra con gusto, estay en tu casa!” le dije mientras me acomodaba para recibir esa exquisita pieza de carne.
El mino quería metérmelo a cuero pelado, pero como soy un chico responsable que vela por mi salud, le dije que no había penetración sin condón.
Pa’ variar era de los típico minos que les gusta ponerlo y que nunca andan con preservativo, así que me tuve que levantar, sacar uno de mis pantalones y pasárselo.
No sabía muy bien como ponerlo, la wea se le resbalaba y no le achuntaba nunca. Novato tenía que ser. Espere un par de minutos pa’ ver si cachaba algo, pero no, tuve que darme el trabajo de agarrarle el pene con la mano, acomodarlo y empujarlo hacia adentro. Igual me dolió cuando me lo puso porque lo tenía medio grueso, pero la calentura me superó y lo aguanté todo.
Lo hicimos a lo misionero, me puse de guata, lo monté bien montado y después me senté simulando que él era una silla.
Cuando estaba a punto de acabar me dijo que tenía una fantasía. Le pregunté cual era, y me respondió que quería irse en mi cara.
Una vez una amiga me dijo que ella se esparcía el semen por las mejillas, porque le ayudaba a tonificar la piel y a botar las impurezas. Me dejé llevar por las ganas de recibir una buena limpieza de cutis, así que le dije que no había ningún problema, que me tirara todo el moco en la cara.
Me sacó el pene del culo, extrajo el condón y empezó a pajearse. Cuando noté que iba a eyacular, cerré los ojos y recibí sus fluidos, de la misma forma en que pongo la cara para sentir las gotas de lluvia.
Quedé con una máscara de semen que se esparcía lentamente por mis mejillas.
El tipo, en un acto de decencia me limpió los labios, la nariz y los párpados con una toalla.
Después de acabar, recogí mi ropa y entré al baño. Cuando me estaba vistiendo, me percaté que me había caído semen en la parte frontal de mi pelo.
Toda mi chasquilla se había levantado y estaba rígida. En un acto desesperado traté de bajarlo a la fuerza, pero era imposible. Mojé mi cabello, lo froté y fue peor, había creado una especie de pasta espumosa que se desparramaba por todas partes.
Finalmente se me ocurrió humedecer aún más mi pelo y presionarlo con la toalla. Por suerte pude bajarlo, pero me quedó aplastado, un lengüetazo de vaca.
Me fui lo más rápido a mi casa, lo malo que durante el trayecto y gracias al viento que corría, mi pelo volvió a levantarse.
Menos mal que vivo cerca de este individuo, y pude bañarme apenas llegué a mi casa.
Ahora lo he pesando mejor y he decido que nunca más voy aceptar que eyaculen en mi adorado rostro. Es rica la sensación de sentir que te tiren el moco y que este se chorreé, pero el papelón de andar con todo el cabello tieso, no se lo doy a nadie.

Xx Piero xX

Posted by il Piero :: 12/02/2006 11:17:00 p. m. :: 1 comments

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